Frases: «Los ojos del perro siberiano» – Antonio Santa Ana

  • “¿No crees que es eso precisamente lo que la literatura debe hacer? ¿Provocar desasosiego?” Antonio Tabucchi Pág. 5• “Es terrible darse cuenta de que uno tiene algo cuando lo está perdiendo” Pág. 6
  • “Mi madre cultiva y cuida sus hierbas con un amor y una dedicación que creo no nos dio a nosotros. Estoy exagerando, pero no mucho.” Pág. 11
  • “Se supone que a los amigos se los elige. A Mariano yo nunca supe si lo elegí o si cuando llegué al mundo simplemente él me estaba esperando.” Pág. 27
  • “En el ambiente en el que nosotros nos movemos es difícil relacionarse con alguien si nuestras familias no lo están de alguna manera” Pág. 33
  • “-En serio lo iban a matar? Si es hermoso..
    -Sí que es hermoso, no es cierto? -dijo acariciándolo-. Pero a los últimos de cada cría los criadores los matan, son los más débiles, los menos puros de la raza. Los criadores viven de la pureza, ese es su negocio, no les conviene que haya perros impuros dando vueltas por ahí.” Pág. 47
  • “Hay un cierto aire de verdad en los ojos de los perros siberianos, como si supieran nuestros secretos.” Pág. 47
  • “-La gente no entiende nunca al que es diferente. En una época los metían en manicomios, en otras en campos de concentración -suspira – La gente le tiene miedo a lo que no entiende. Si la sociedad margina a los que son diferentes, que destino le puede esperar a un perro que tiene las orejas un poco más grandes?” Pág. 47
  • “En esos días comencé a tener una pesadilla que me persiguió por años.
    Un viajero sediento camina por el desierto, ve la sombra de un ave de rapiña, pero no al ave. Si mira hacia el cielo el sol lo ciega. Solo ve la sombra amenazante haciendo círculos cada vez más cerrados, cada vez más cerca.” Pág. 77
  • “-Tal vez lo bueno de los abismos sea -concluyó la abuela- que se pueden hacer puentes para cruzarlos.” Pág 86
  • “Y así, conforme van pasando los años van cambiando los gustos y nos parece mentira que hayamos disfrutado ciertos textos, que después creemos execrables.” Pág 92
  • “Mirando a lo lejos parece que el rio y el horizonte fuesen uno. No faltaba mucho para que acabara la tarde. El gris plomizo de las nubes se fundía en el marrón claro del agua. Todo estaba en calma.
    Ni el agua se movía en la orilla, donde el río se hace barro.” Pág. 99
  • “Hay muchos que piensan que nuestro destino ya está escrito, que ninguna de nuestras acciones es fruto del azar, que nada de lo que hagamos puede modificar nada. Me cuesta creerlo.
    Me cuesta creer que toda esta confusión es solo por ducto del destino.” Pág. 99
  • “Me gustaría que mi todo volviera a estar en orden, tranquilo como hoy está el río.
    No sentirme tironeado por obligaciones y deberes que no sé si son correctos.” Pág. 99
  • “Tal vez sea así mi destino. Calmas y tormentas.” Pág. 101
  • “La muerte. Otra vez el ave de rapiña volando en círculos La tarde se deshizo en pedazos. Me pareció que los papelitos que habían saludado la salida de los equipos eran negros. Y que los gritos de las hinchadas habían sido cantos fúnebres.
    La muerte.” Pág. 121
  • “desde ese momento iríamos juntos a la cancha cada vez que yo quisiera, obviamente a platea, que es adonde va la gente decente y no a la tribuna popular” Pág. 122
  • “Yo me quedé sentado en su despacho llorando en silencio un largo rato. Cuando salí, todos se habían acostado. Eran Miles las cosas que no podía entender, lo único que sentía era que había algo que no encajaba con el mundo. Y que ese algo era yo.” Pág. 124
  • “Lo que sé es que la tristeza de ellos iba y venía; la mía parecía estar cosida a mis pies. Como una carga de siglos sobre mi espalda.” Pág. 159
  • “-Uno de los motivos por los que quiero tanto a este perro es por sus ojos. Desde que estoy enfermo la gente me mira de distintas maneras. En los ojos de algunos veo temor; en los de otros, intolerancia. En los de la abuela veo lástima. En los de papá, enojo y vergüenza. En los de mamá, miedo y reproche. En tus ojos, curiosidad y misterio, a menos que creas que mi enfermedad no tiene nada que ver con que estemos juntos en este momento. Los únicos ojos que me miran igual, en los únicos ojos que me veo como soy, no importa si estoy sano o enfermo, es en los ojos de mi perro. En los ojos de Sacha.” Pág. 170
  • “- Mirá, lo único cierto que sabemos todos de la vida es que nos vamos a morir. Y lo único incierto es el momento. Digamos que al enterarme de que lo incierto avanza sobre lo cierto, me propuse no morirme hasta no poder tocar la suite n°1 en sol mayor de Bach.” Pág. 180
  • “Siempre, lo primero que busco en los libros son las huellas del otro, del que me los alcanza.” Pág. 186
  • “Todos los muertos están solos. Todos.
    Ezequiel, en el cajón, parecía más solo todavía. Tenía la soledad de los muertos, de todos los muertos, pero también la soledad de la muerte joven. La soledad de una muerte negada por su familia.
    Alguien dijo una vez, no sé quién, que el sida es como la guerra: son los padres los que despiden a sus hijos.” Pág. 213
  • “Si la cuerda no fuera delgada, no tendría gracia caminar por ella.” Pág. 217
  • “-Ninguna enfermedad te enseña a morir. Te enseña a vivir. A amar la vida con toda la fuerza que tengas. A mí el sida no me quita, me da ganas de vivir.” Pág. 239

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