Reseña: «Los ojos del perro siberiano» – Antonio Santa Ana

¡Hola, bellezas! ¿Cómo están? Yo bastante a mil con parciales y entregas, pero voy sobreviviendo. Esta es una reseña que me costó bastante hacer, y no sabría explicar los motivos, quizás porque no me fue fácil encontrar las palabras para hacerlo o debido a que la historia es bastante fuerte, pese a que nuestro narrador intenta contar la historia restando importancia a muchos aspectos que describiré a continuación.

Libro: “Los ojos del perro siberiano”
Autor: Antonio Santa Ana
Diseño: Sebastián Cohenes
Direccion de arte: Valeria Bisutti
Editorial: Editorial Norma
En Uruguay: Ediciones Santillana S.A
Páginas: 256 p
Dimensiones: 23 x 16 cm
Año: Segunda edición, junio 2016
ISBN: 978-987-545-706-5
Precio: $U 730
Edad recomendada: +13 años

Hay cosas de las que es mejor no hablar. Eso creen la madre y el padre de Ezequiel. Pero su hermano menor quiere saber qué pasa, entender por qué Ezequiel está enfermo y por qué hay una parte de la familia que eligió abandonarlo. Los pocos encuentros entre los hermanos, a veces a escondidas, renovarán ese vínculo y darán forma al legado fraternal hecho de libros, música, un perro y una crítica conjunta a la tradición familiar. Los ojos del perro siberiano es ya un clásico de la literatura juvenil latinoamericana; lleva vendidos, en toda la región, más de 400.000 ejemplares.

“Los ojos del perro siberiano” es una novela de Antonio Santa Ana, publicada por primera vez en Argentina en 1998. Y reeditada en junio de 2016 por Ediciones Norma -Argentina-, pero, tenemos la suerte de poder acceder a esta lectura en nuestro país gracias a Ediciones Santillana S.A.

La novela comienza con el relato de una persona -nuestro narrador- que quiere contarnos su historia la noche previa a realizar un viaje. Estas primera líneas ya nos retienen en una lectura impactante -a mi entender-.


El personaje principal -del cual desconocemos su nombre, ya que no se da a conocer durante toda la novela-, oficiando de narrador, es quien se encarga de adentrarnos en la historia de su vida (y la de su familia), nos lleva a realizar un recorrido por su infancia, adolescencia y adultez.


Vemos, a través del relato, el crecimiento del personaje, interna y externamente. Por ejemplo, en un principio de la narración, era un adolescente sumiso que acataba todas las ordenes de sus padres, pero luego comienza a rebelarse, cuestiona sus ordenes, les miente para poder ver a su hermano, Ezequiel -porque le habían prohibido visitarlo-.


A lo largo de toda su vida se enfrentó a la indiferencia de sus padres (su padre, quien se caracterizaba por ser una persona rígida, fría, autoritaria, que no se interesó por tener un vínculo estrecho con él. Lo mismo sucedió con su madres, según él solo se preocupa por sus plantas. Y notaba que sus padres tenían una cierta “preferencias” por Exequiel, cuando estos eran niños.

Mi madre cultiva y cuida sus hierbas con un amor y una dedicación que creo no nos dio a nosotros. Estoy exagerando, pero no mucho.” 

Pág. 11

Cuando tenía cinco año, su hermano mayor se va de la casa. El protagonista desconoce cuáles fueron los motivos, pero tampoco le presta atención al hecho porque nunca existió una relación cercana. Al pasar los años, quiso saber qué había sucedido con su hermano y dar con su paradero, para ello contará con la colaboración de su abuela. Luego de ese encuentro el vínculo entre ambos cambia, y a partir de ese momento nada será como antes, su hermano tiene sida y no sabe cuántos tiempo le queda de vida.

A partir de ese momento, los hechos comienzan a cobrar sentido en la cabeza de nuestro protagonista. Ya comprende el porqué de la manera de actuar y la postura que tomaron sus padres cuando Ezequiel se fue de la casa. Lo que sucedió, fue qué, al enterarse de la enfermedad de su hijo, comenzaron a cuestionarse qué habían hecho mal, en qué habían fallado como padres. Ellos argumentaban haberle ofrecido la mejor educación, no solo en su hogar, sino también habían pago la mejor universidad. Comienzan a ignorar a Ezequiel, y como consecuencia de un sinfín de conflictos y discusiones, el chico decide irse de la casa de sus padres. A partir de ese momento, ellos dejan de nombrarlo y se convierte en la “palabra prohibida” de la casa, nunca se habla de él. Con un gran desprecio, miedo y vergüenza sus padres se alejaron, negándole apoyo y contención en el momento que más lo necesitaba, en un capítulo se justifican diciendo que no pueden permitir que sus allegados comenten sobre lo ocurrido, quieren cuidar sus relaciones porque son de un grupo social y económico alto, y el qué dirán les pesa más (un poco raro que importe más lo que piensen personas ajenas, y dejar a tu hijo solo).

Ezequiel se enfrenta a un montón de miradas que lo juzgan, le tienen pena, lastima, compasión, desprecio. Su único refugio será su abuela -una señora sabia, con un corazón enorme- , su hermano, la música y Sacha. Esta ultima se convertirá en su gran compañía y sostén emocional (hay una hermosa historia tras esta relación, pero me gustaría que ustedes puedan descubrirlo durante la lectura del libro).

La discriminación que recibe él y su hermano por su enfermedad dan paso a una fuerte crítica -que plantea Antonio Santa Ana- a aquellas personas que por desinformación o ignorancia poseen conceptos erróneos respecto a cómo se transmite el sida y las diversas maneras en las cuales se contrae dicha enfermedad. También se puede interpretar que las personas sienten miedo a lo desconocido, y al desconocer estos aspectos, recaen en la marginación social, discriminando a Ezequiel.

La novela nos pone a problematizar la segregación familiar y social que sufre una persona enferma de VIH. Pero esto no afecta solo al infectado, sino que conlleva a una marginación al resto de los integrantes de la familia. La vida de todos cambia por completo. Los padres sienten miedo y vergüenza, el hermano pequeño de Ezequiel “pierde” a su mejor amigo, Mariano, porque al enterarse de la enfermedad, se aleja.

“-La gente no entiende nunca al que es diferente. En una época los metían en manicomios, en otras en campos de concentración -suspira – La gente le tiene miedo a lo que no entiende. Si la sociedad margina a los que son diferentes, que destino le puede esperar a un perro que tiene las orejas un poco más grandes?”

Pág. 47 

Debemos tener en cuenta en el momento histórico que fue publicada la novela fue el año 1998, y los primeros casos positivos de VIH en Argentina, se conocieron en 1982.

Las escenas que describen los momentos en que Ezequiel estuvo internado son fuertes y el autor logra transmitirnos la nostalgia que siente nuestro narrados al contarlas. Nos trasmite esa tristeza y melancolía. Si bien toda la novela es bastante fuerte y no tan simple de digerir porque aborda la muerte y el duelo, hay momentos de la narración que -a mi entender- son mas duras.


Por otra parte, y alejándonos de la historia. El lenguaje que utiliza el autor es muy coloquial y carece de complejidad para su comprensión, esto nos permite leer el libro en menos de un día, ya que la letra es bastante grande y el texto está acompañado de ilustraciones. A continuación me adentro un poco más en este aspecto


Esta edición, como podrán haber visto en mis historias de Instagram -a medida que procedía con la lectura- es muy bella. Se visualiza el pienso y el trabajo que tuvo para llegar al resultado de esta hermosa publicación. Alguna de sus páginas tienen continuidad entre si, utiliza el recurso de palabras de distintos tamaños en algunos fragmentos para enfatizar en alguna escena o frase que se quiere resaltar. Además en la portada, tiene una plantilla autodidacta en secuencia que refleja distintas imágenes en el ojos de la tapa.
Debo confesar que me generó mucha intriga saber qué pasó con Sacha luego de que Ezequiel muere.


Te invito a descubrir una novela que ha tenido gran repercusión en Latinoamérica desde su publicación -superando el millón de ejemplares vendidos-. Estoy segura de que logrará cambiar algo dentro de vos y hará que comiences a ver el mundo con “los ojos del perro siberiano”.

Agradezco enormemente a Editorial Santillana y Loqueleouy por brindarme el ejemplar para llevar a ustedes esta reseña, e invitarlos a descubrir una nueva lectura.

Y como siempre, siguiendo el link, podés encontrar las frases que más me gustaron o que me parecieron significativas durante la lectura de: «Los ojos del perro siberiano»

Muchas gracias por tomarte el tiempo de leerme y haber llegado hasta el final. Es un placer para mi haber compartido contigo un nuevo descubrimiento. Espero que te haya gustado la reseña y haber despertado el bichito de la curiosidad en vos. Como siempre no dudes en dejarme tu opinión, comentario, crítica constructiva y compartir con otros lectores ¡Te espero pronto para descubrir un nuevo libro! Besote grande virtual. 

One Comment on “Reseña: «Los ojos del perro siberiano» – Antonio Santa Ana

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